Bueno, en un tema anterior había preguntado algunas opiniones y consejos para mi viaje... pues ya volví.
Mucho, mucho para evaluar desde las rutas, el comportamiento de la moto, el comportamiento del piloto y demás cuestiones.
Trataremos de ponerlo en pocas palabras todo.
La ruta 16 nacional está hecha pelota en un tramo de aproximadamente 130 kms desde los Pirpintos hasta Taco Pozo. Esto me traería problemas a la vuelta.
Comencemos tranqui.
- Domingo: día de salía y llegada a Salta a eso de las 21 hs. Sin problemas mediante más que el cansancio propio del viaje.
- Lunes: salida rumbo a la Cuesta del Obispo. Los paisajes y rutas desde antes de llegar a la base son increíbles incluso con el condimento de la lluvia.
Al llegar a la base de la cuesta y sabiendo que iba a ser de ripio, comienza la aventura propiamente. La moto empieza a sentir la altura, ya no hay 4ta que responda como si estuviera en llano.
Vamos trepando y trepando, mi fiel corcel empuja y empuja. Cerca de la mitad de la cuesta paro para contemplar el paisaje y sacar fotos. Al mirarla me doy cuenta que que pierde aceite.
Primera reacción: preocupación. Comienzo la inspección para terminar dándome cuenta que estaba flojo el tapón de carga. Bestia de mi que parece que no lo había ajustado como corresponde cuando había recargado de aceite. Solucionado el problema seguimos.
Hermoso al llegar arriba, lástima que no se veía una poron... porque estaba lleno de nubes
Seguimos por el Parque Nacional Los Cardones, pasamos la Recta de Tin Tin y llegamos a Cachi. Tres de la tarde y pienso: "quedan 160 kms, llego a Cafayate antes de que oscuresca". Más adelante terminaría cuestionando mi decisión.
Empezamos el recorrido teniendo en cuenta ya mis experiencias en ripio de la 40 hace 3 años atrás más alguna que otra salida a tierrear con amigos en Corrientes. De a poco gano más confianza en el terreno y vamos subiendo la velocidad hasta que la lluvia obliga a bajar el ritmo.
La morocha comenzó a darme advertencias sobre el terreno, en especial eso rojito llamado arcilla. Hasta que llegamos a la fatídica subida donde al encarar en 2da la rueda atrás perdió adherencia y al suelo!
Puteadas a mi mismo y a la lluvia. Saldo: parabrisas roto, nafta perdida y la bronca que iba creciendo.
Unos pibes del lugar me ayudan, porque tuve la suerte de caer a escasos metros de algunas casas, y levantamos la moto. Los botines pesaban media tonelada más con toda la arcilla pegada.
Sigo viaje ya que todavía me faltaban 90 kms para llegar a Cafayate. A volver a tomar confianza otra vez con el terreno para que más adelante, habrán pasado unos 2 kms, en una curva me encuentro con la arcilla de nuevo y por poquito al piso. Esta vez pude controlar la embestida de la rueda trasera hacia el lado izquierdo y cual auto de rally pude seguir.
Habrán pasado unos 10 kms quizás cuando el espejo izquierdo, el herido en la caída, salió volando. En ese momento ya estaba rojo de la furia. Paré, lo levante y lo metí en el baul.
Al pasar por la Quebrada de las Flechas, todo quedó en mi retina ya que no tenía más batería en la GoPro, en el cel y la cámara guardada por la lluvia. Tampoco tenía muchas ganas de sacarla
Tema GoPro, me hizo parir en todo el viaje ya que se vivía golgando. Solucionable pero cuando llegaba a mi casa ya que tengo que cambiarle la placa madre por otra que tengo pero es otro tema para hablarlo.
Llego a Cafayate, cansado, con bronca y con la idea en la cabeza de cancelar el viaje.
Ceno, hablo con mi jermu y decido que si llovía al día siguiente era hora de emprender el regreso a casa.